Amen la libertad de prensa, amen El Mundo y El País, la Cuore y el Hola.
Amen la libertad de expresión, ¿qué concursante de Gran Hermano a expresado mejor el dilema moral en el que está sumido el ser humano?.
Amen la libertad de reunión, ¿manifestaciones por la patria o la nación? (millones!); ¿manifestaciones en contra del estado de semiesclavitud de muchos trabajadores en el sureste asiático? (no, gracias!).
Amen la libertad de asociación. Sindicatos?. No, gracias, que yo ya tengo el carné del PSOE.
Amen nuestras amadas “democracias”, donde la cachiporra es mucho más sutil y la llaman propaganda.
Amen nuestro amado capitalismo, que nos conduce a la gloriosa y orgásmica destrucción del planeta.
Amen nuestra amada globalización; ¡oh gloriosa dogmatización del pensamiento universal!.
Amen nuestra gran “civilización”, esa magnífica ilusión de orden donde en realidad reina el caos y la injusticia.
Amen ese mero acto representativo que es votar (si un voto cambiara algo sería ilegal).
Amen a Rajoy o a Zapataro, no importa lo más mínimo, sólo son dos caras de una misma moneda.
Amen nuestro dorado bipartidismo, también conocido como “La Restauración versión 2.0”
Amen el poder judicial, dorado circo de vanidad y ego.
Amen la injusta ley de la violencia doméstica, que viola los derechos de muchos hombres en caso de divorcio.
Amen a nuestros magníficos políticos, a su mala educación enmascarada, su estupidez y su corrupción.
Amen sus cuerpos, previo paso por Corporación Deromestética, claro está.
Amen el Prozac, dorada pastilla deshumanizadora, fuente de toda alegría.
Amen la ilusión del placer constante, amen nuestra eterna felicidad (previo cambio de todo ética, moralidad y libertad de pensamiento, claro).
Amen la dogmatización total de las creencias religiosas.
Amen la dogmatización total en torno a la seducción y la sexualidad.
Amen a Rapel y demás farsantes, ellos sabrán ver tu futuro.
Amen las cámaras de seguridad, que ahora están en todas partes y nos protegen de los malvados terroristas.
Amen la violación constante de la intimidad, que tan bonitas portadas en las revistas del corazón nos regala.
Amen la Verdad Absoluta, ya sea la versión del PSOE, PP, CiU, IU o cualquier otro.
Amen sus vidas burguesas, nuestra dorada Arcadia, el paraíso encontrado.
Amen al Sagrado Imperio Romano...digo a los Estados Unidos de América.
Amen a Bisbal y a Chenoa, al Código Da Vinci y los bodrios de Hollywood, amen al arte degenerado como forma de control social.
Amen sus zapatillas, amen sus teléfonos móviles, amen a su partido político preferido, amen sus coches y amen sus hogares, porque eso es todo lo que tienen, todo lo que son.
Amen a nuestros ministros de la Verdad y la Paz...digo de Interior y de Defensa.
Amen a El Partido...digo al PP o al PSOE.
Amen la “normalidad”, el imperativo fascista que se aprovecha del miedo natural del ser humano a ser excluido.
Amen el doblepensar...digo los diálogos entre Rajoy y Zapatero, o entre intelectuales de derecha y de izquierda.
Amen a nuestros gobernantes salvadores, defensores del bien dondequiera que vayan.
Amen a patrias, naciones y Estados, sin importarte que ello castre su libertad de pensamiento como individuo.
¡Amen la destrucción del medio ambiente! ¡Amen la degradación moral del ser humano! ¡Amen la esclavitud! ¡Amen la manipulación! ¡Amen el miedo!
Amen, amen al Gran Hermano.
Todo es mentira, mil veces mentira. No es 2007, hace mucho tiempo que estamos encerrados en 1984. Así que viva y mil veces viva, viva el poder redentor del ser humano que lucha contra la opresión. Pues eres tú quien eliges si vivir en 1984 o no creerte sus mentiras. Tú puedes ser ese poder redentor, tú puedes ser libre; juntos, podemos ser libres.